El titular de la Defensoría del Pueblo porteña intenta regresar al gremio mediante charlas con Amadeo Genta. Paralelamente, desde la Agrupación Celeste lo tildan de ser “uno de los pocos dirigentes más respetables y destacables de nuestro sindicato”, lo que acrecienta las sospechas en el oficialismo acerca de que Amor sería el articulador en las sombras de ese armado crítico opositor.
“Alejandro Amor juega a dos puntas”. Esa es la frase que retumba en estos días por el mundillo de la interna del poderoso gremio de municipales porteños SUTECBA. Es que el titular de la Defensoría del Pueblo de la CABA, por un lado, busca ser segundo en la lista oficialista, pero, por otro, la oposición lo ve con buenos ojos…
En ese sentido fue elocuente el comunicado que emitió la Agrupación Celeste la semana pasada en su sitio web, donde sugería que Amor volvía al ruedo del sindicalismo “por la natural desconfianza que genera la actual dirigencia y el malestar existente entre las y los trabajadores”, blanqueando así que para el mencionado sector que el dirigente resulta “confiable”.
Incluso, más atrás en el tiempo (octubre de 2020), “La Celeste” había publicado un comunicado para desmentir una nota de otro portal de noticias sindicales donde se refirió a Amor como “un dirigente importante por su reconocida trayectoria sindical y política, y además creemos que es uno de los pocos dirigentes más respetables y destacables de nuestro sindicato”.
Así las cosas –y según pudo averiguar Identidad Sindical-, dentro del círculo de poder de los municipales crece la idea de que detrás de ese armado crítico opositor estuvo Amor, en un intento de buscar debilitar la imagen de la actual conducción.
“Está muy claro: por un lado, habla con Amadeo (Genta) para negociar su regreso al sindicato. Pero, paralelamente, somos muchos los que sospechamos que es él, el que filtra información interna a estos muchachos de la Celeste. Les da letra, como se dice en criollo”, le aseguró a este portal un dirigente muy cercano a la estructura de mando del SUTECBA.
“No tenemos dudas de que detrás de todas las operaciones diarias de esta gente están las manos de Alejandro Amor”, insistió el dirigente.
El eterno equilibrista
Si bien Amor fue legislador porteño por el kirchnerismo entre 2011 y 2013, conocidos son sus vínculos de estrecha cercanía con el PRO. Al punto que tuvo que dejar de lado sus aspiraciones para conducir la obra social de los municipales porteños ObSBA por sus compromisos políticos con funcionarios del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
En ese sentido, esa sabida su relación de amistad con Cristian Ritondo –públicamente reconocida por ambos- y con Néstor “el turco” Abbas, principal operador en las sombras e íntimo amigo del alcalde porteño.
Por último, una anécdota que pinta de cuerpo entero el accionar “equilibrista” de Amor. En diciembre de 2013 renunció a su banca por el kirchnerismo en la Legislatura porteña para ocupar el cargo de Defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
En dicha ocasión, y a pesar de haber negado un acuerdo con el PRO, se jactó de que “es la primera vez que un defensor es elegido por unanimidad”. Tras cartón, durante el acto de asunción, el entonces legislador Ritondo le dio un prolongado y efusivo abrazo a su amigo Amor. A sacar conclusiones…