Los trabajadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) llevarán adelante un paro nacional de 48 horas que comenzará mañana y durará hasta el miércoles.

La protesta se realizará en reclamo de una recomposición salarial para todos los escalafones, y para exigir la prórroga de subsidios para los becarios que se quedan sin ingresos en medio de la pandemia y de las becas con prórrogas por maternidad hasta noviembre. Por otro lado, los trabajadores enfatizan en que en los últimos años sus salarios perdieron más del 50% de su poder adquisitivo y se encuentra en el peor nivel de los últimos 20 años, al borde de la crisis de 2001.

La medida de fuerza consistirá en un cese total de actividades, además incluirá un “twittazo” acompañado de festival virtual mañana a las 18 horas y el miércoles a las 11 horas realizarán una caravana desde Plaza Italia hasta el Polo Científico y a todos los centros científico-tecnológicos del país.

En el documento publicado, los delegados afirman: “La caída salarial que estamos sufriendo resulta inédita e inaceptable. La mayoría de los/as trabajadores/as del organismo se encuentra ganando un salario de hambre. Los ‘aumentos’ que nos otorgaron no detienen la caída salarial, sino que confirman la caída del salario real y la profundizan.”

Asimismo, en el escrito los trabajadores critican la inacción de ATE Nacional ante la “vergonzosa paritaria firmada por UPCN” y agregan que no se sienten representados con las direcciones gremiales ya que “en lugar de apoyar la lucha, ATE les da la espalda”. Además, sostienen que este movimiento autoconvocado surgió como producto del malestar que sufre el sector “ante la pauperización de nuestras condiciones de vida y ante la falta de respuestas del sindicato hacia los compañeros y compañeras”.

“Tras el cierre de la vergonzosa paritaria firmada por UPCN, ATE Nacional solo convocó a un paro y movilización aislados sin ninguna continuidad. En diciembre debiera reabrirse la paritaria y, de mantenerse la inacción sindical, el resultado será el mismo que hasta ahora: otra paritaria a la baja”, apuntan en el escrito que lleva la firma de diez delegados a lo largo del país.

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La crisis económica que acarrea el avance de la pandemia de Coronavirus parece haber generado una progresiva desobediencia con respecto a la cuarentena: los trabajadores, obligados, volvieron a la calle.

Según el último informe del INDEC, el índice de pobreza es de 40,9%. En criollo: aproximadamente 18 millones de personas en Argentina no pueden cumplir con sus necesidades básicas. Estos números confirman el enorme impacto que tuvo la pandemia y la parálisis económica que trajo consigo. Como consecuencia, numerosas manifestaciones se han sucedido a lo largo de las últimas semanas y en todas se encuentra el pésimo panorama económico como factor común, dejando atrás lo que supo ser un alto acatamiento de la cuarentena en aquellos primeros momentos.

Atrás también quedaron los aplausos de las 21 horas para el personal sanitario. A pesar de estar en la primera línea en el combate contra el Coronavirus, los y las trabajadoras de enfermería fueron quienes se llevaron la peor parte. El 21 se septiembre se manifestaron en la Legislatura porteña para exigir ser reconocidos como trabajadores de la salud y, en consecuencia, reclamar tanto por un incremento salarial como por mejores condiciones laborales para el sector. Sin embargo, la Policía de la Ciudad puso en marcha su peor cara y comenzó la represión. En el Día de la Sanidad, los trabajadores no recibieron congratulaciones: sólo palos, sangre y golpes.

Continuando con el recorrido de movilizaciones, llegamos a los docentes, rubro que ha tenido que readecuarse de manera imprevista e inmediata al nuevo contexto educativo. La semana pasada, la Conadu Histórica realizó un paro para reclamar un incremento salarial. Además, desde el sindicato exigen un reintegro por los gastos de conexión y equipamiento de los que se hicieron cargo en lo que va del ciclo lectivo virtual. En señal de protesta, realizaron un “facturazo”: empapelaron el rectorado de la UBA con las facturas de internet que ellos han pagado.

Por su parte, los trabajadores judiciales nucleados en la UEJN también hicieron escuchar su reclamo. Conducidos por Julio Piumato, llevaron adelante un plan de lucha de 36 horas que se produjo la semana pasada y también la anterior, en donde propusieron un cese de actividades y se manifestaron en el Palacio de Justicia y en cada dependencia del interior del país. Reclaman un 25% de aumento y afirman que son los trabajadores quienes aportan los recursos tecnológicos necesarios para mantener a la Justicia en funcionamiento a través del teletrabajo.

Mirando hacia otras latitudes, en la provincia de La Rioja se llevó adelante la semana pasada una manifestación de choferes de micros (UTA), quienes reclamaban estabilidad laboral y el cobro de sus salarios. Cuando se movilizaron hacia la plaza central, los trabajadores fueron agredidos por la policía que les impidió el paso, lo que derivó en una escalada de violencia: los choferes reaccionaron con empujones, piedras y golpes, y los efectivos policiales respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma. Finalmente, el conflicto dejó como saldo numerosos heridos y detenidos.

Otros que han vuelto a la calle fueron los trabajadores pasteleros, quienes el 25 de septiembre se movilizaron hacia la sede central del sindicato para exigir una mejora salarial del 30%. Sumado a esto, los pasteleros reclamaron la creación de una nueva rama industrial específica dentro del rubro y poder tener así un convenio que los ampare adecuadamente, ya que dentro del mismo gremio existen demasiadas agrupaciones que trabajan de manera distinta.

Las y los investigadores del CONICET también llevaron su voz a la calle. Los días 22 y 23 de septiembre realizaron un paro con movilización para exigir por una recomposición salarial, ya que afirmaron que sus salarios se encuentran “en el peor nivel histórico desde el 2002”. La protesta se realizó tanto de manera virtual con la suspensión del teletrabajo como de manera presencial con manifestaciones frente al Ministerio de Trabajo.

Para concluir con el recorrido, cabe destacar que ATE anunció un paro nacional con movilización para el próximo martes 6 de octubre en rechazo al aumento del 7% ofrecido en las negociaciones paritarias. El gremio se reunirá en el Obelisco y machará hacia el Congreso para hacer oír sus reclamos.

Para empezar a dar respuestas a esta situación crítica, el Ministerio de Trabajo -conducido por Claudio Moroni– convocó para mediados de octubre al Consejo del Salario. La reunión contará con la presencia de empresarios, funcionarios y dirigentes de la CGT y la CTA. Juntos determinarán el nuevo piso del salario mínimo, vital y móvil, y también los montos mínimos y máximos de la prestación por desempleo. Otra medida que resulta importante en vistas de comenzar a ofrecer soluciones fue la creación del Espacio de Producción y Trabajo, formado por distintos actores sindicales, ministros, diputados, empresarios y organizaciones de trabajadores. El objetivo en común que se persigue es el fortalecimiento del mercado interno mediante el desarrollo de la industria nacional y la generación de empleo genuino, con la meta puesta en aclarar el horizonte para los trabajadores.

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La medida de fuerza se llevará adelante los días martes 22 y miércoles 23 de septiembre e incluirá protestas virtuales y presenciales a nivel nacional.

Los trabajadores y las trabajadoras del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) realizarán un cese de actividades por 48 horas para exigir por una recomposición salarial, ya que sostienen que sus salarios se encuentran “en el peor nivel histórico desde el 2002”.

Ante este panorama, la protesta se realizará tanto de manera virtual como de manera presencial, habrá manifestaciones frente al Ministerio de Trabajo tomando los recaudos necesarios como distanciamiento social y uso de tapabocas. En dicho Ministerio se llevará a cabo una reunión el próximo miércoles que tratará la reapertura de paritarias para los trabajadores que están bajo la órbita del convenio colectivo de la Administración Pública Nacional, en el cual se incluyen los científicos.

“Frente a una caída salarial mayor al 50% en los últimos años, la única respuesta recibida desde CONICET no responde a lo demandado y es meramente coyuntural: un subsidio extraordinario de $5.000 por dos meses para investigadores y personal de apoyo, y otro de $3.000 por cinco meses para el personal administrativo”, señalaron los investigadores.

Para concluir, los trabajadores del sector recordaron que recientemente el CONICET volvió a ser elegido como la mejor institución gubernamental de ciencia de Latinoamérica de acuerdo con el ranking SCImago, que evalúa a más de 7000 instituciones y universidades de investigación científica en todo el mundo. “CONICET fue reconocida como la mejor institución estatal de ciencia de Latinoamérica y ocupa el puesto número 13 en el mundo en lo que respecta al indicador Investigación en instituciones de gobierno, pero nuestros salarios se ubican entre los peores a nivel regional”, enfatizaron.

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Investigadores, becarios y personal de apoyo llevan adelante hoy un cese de actividades que durará todo el día, en demanda de una mejora salarial a través de la reapertura de paritarias.

“Hace tres meses que los investigadores del Conicet venimos con reclamos de recomposición salarial. Este año no tuvimos aumento, ni oferta. Recibimos un incremento de 28% el año pasado, en una paritaria muy mala, y tenemos un deterioro de muchísimo tiempo” dijo Gonzalo Sanz Cerbino, delegado de ATE Conicet, en comunicación con el diario La Nación.

En un duro comunicado, los trabajadores afirman que desde 2015, bajo la gestión de Mauricio Macri, sus salarios han sufrido un enorme deterioro que implica una pérdida de más del 50%. “Nuestros ingresos entre los más bajos del ámbito científico a nivel regional y dejando a un importante porcentaje de los científicos y científicas con sueldos al borde de la línea de la pobreza”, aseguran.

Además, el directorio del Conicet resolvió otorgar un subsidio de $10.000 a los investigadores de planta y al personal de apoyo: será en dos cuotas de $5.000 que se pagarán en septiembre y octubre, las cuales fueron declaradas como insuficientes por los trabajadores.

El cronograma publicado establece una suspensión de tareas en el marco del teletrabajo, un “twittazo” para visibilizar el reclamo y también habrá distintas actividades a nivel nacional en CABA, Mar del Plata, La Plata, Bahía Blanca, Córdoba, Misiones, Jujuy y Entre Ríos. La medida de fuerza, si bien alcanza a todo el país, no incluirá a investigadores que trabajan en la contención del avance de la pandemia del Covid19.

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