Pablo Turco, el delegado de la sucursal porteña del barrio de Abasto, afirmó que los protocolos establecidos no son eficaces y que nadie les da una respuesta.
Con un foco de contagios en pleno crecimiento, la situación para los trabajadores de esta cadena de electrodomésticos se volvió muy inestable: denuncian que los empleados son obligados a rotar de sucursal en sucursal arbitrariamente, que las desinfecciones no son suficientes y que hay un enorme faltante de mercadería. “Me intento comunicar con los referentes de la empresa pero no contestan los mails, no contestan las llamadas” agregó el delegado.
Si bien Silvia Pérez es referente de Frávega en el Sindicato de Comercio, los trabajadores no se sienten verdaderamente representados ni defendidos ante la patronal ya que muchos de ellos están suspendidos. “Actualmente tenemos algunos compañeros que volvieron a las sucursales para retomar la actividad y poder hacer unos pesos más. Lo que pretenden ahora es que la mayoría de los compañeros vuelvan y se distribuyan en las sucursales”, explicó Turco.
Por otra parte, la sucursal de Belgrano vive una situación aún peor porque no posee delegado de base y se han detectado entre ocho y nueve trabajadores contagiados. Además, los empleados denuncian que los protocolos sanitarios aplicados por la empresa no fueron correctos, ya que hay casos positivos en ambos turnos de trabajo y la alta rotación de los trabajadores empeora aún más la situación.