El documento analizó el impacto de la pandemia por Coronavirus en las mujeres argentinas y sus empleos, cargas domésticas y tareas de cuidados con niños.
La investigación, llamada “Cuidados y mujeres en tiempos de Covid-19: la experiencia en la Argentina” fue llevada adelante por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad (MMGyD), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El documento recoge datos sobre la transformación del ámbito laboral a partir del teletrabajo, la demanda educativa durante la suspensión de la escolaridad presencial, la incidencia del aislamiento social y el rol de las trabajadoras de casas particulares, centros de cuidado infantil y comedores. De esta manera, se reveló que el avance de la pandemia “acentuó la denominada crisis de los cuidados en la mayoría de los hogares de todos los estratos sociales” y que esta situación de emergencia sanitaria “visibilizó y profundizó una realidad que ya existía”.
En este sentido, se destacó que la pandemia puso de manifiesto “la situación de las mujeres en general y las actividades donde se encuentran más sobrerrepresentadas: las tareas remuneradas y no remuneradas de cuidado”.
Asimismo, los resultados arrojan que una proporción significativa de mujeres jóvenes “atraviesan la situación actual sin trabajo remunerado, con mayor carga doméstica y con una mayor necesidad de apoyarse en las políticas estatales alimentarias y de ingresos”.
Uno de los ejes planteados por esta investigación destaca que las mujeres dedican el doble de tiempo que los hombres a las tareas de cuidado y que, en los grupos de menores ingresos, existe una mayor proporción de hogares bajo el modelo “hombre proveedor-mujer cuidadora”.
Lucia Cirmi Obón, Directora Nacional de Políticas de Cuidados del MMGyD, declaró: “El Estado debe desarrollar políticas públicas para que estos trabajos se transformen en multiplicador de la economía y de la igualdad social”.
Por otro lado, se investigó sobre la realidad en los barrios populares y se reveló que el protagonismo asumido por las organizaciones sociales y la comunidad fue nodal para organizar la vida cotidiana y responder a problemáticas muy heterogéneas. De esta manera, se abrió un interrogante: “¿Quiénes cuidan de las que cuidan en las familias y organizaciones?”.
“La intensificación de los tiempos dedicados al cuidado de la casa, de la salud y de los niños y niñas se realizó en desmedro de los tiempos y espacios para sí, agudizando el supuesto social de disponibilidad de la vida de las mujeres para el cuidado de otras personas”, reveló el escrito.
En la misma sintonía, se indagó sobre la problemática de las personas mayores en los barrios populares, “quienes en muchos casos carecen de espacios de cuidados adecuados a sus necesidades, sociabilidad y esparcimiento”.
El panorama laboral de las trabajadoras de casas particulares también fue investigado y se subrayó la existencia de “una importante desigualdad de poder entre empleador/a y trabajador/a” Así, la enorme informalidad del sector sumada al escaso control del cumplimiento de las medidas implicó que muchas mujeres quedaran desprotegidas.
Para concluir, la investigación acentuó la necesidad de “implementar sistemas públicos, integrales y universales de cuidado, que busquen desfeminizar la responsabilidad del cuidado y desafiar los roles tradicionales de género”.