Numerosos sindicatos internacionales reclamaron que se garantice el derecho a trabajar libres de violencia y también pidieron protección social con perspectiva de género para las trabajadoras.
En el marco de la conmemoración por el Día Internacional de la Mujer, la Confederación Sindical internacional (CSI) se juntó con organizaciones de derechos humanos para exigir un Nuevo Contrato Social, con el objetivo de reconstruir la democracia tras el golpe de la pandemia.
Cabe destacar que la Confederación Sindical internacional (CSI) es la central sindical más grande a nivel mundial. Fue creada el 1 de noviembre de 2006, y nuclea a 332 gremios de todo el mundo, entre los que se encuentran la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores (CTA) de la Argentina.
Sharan Burroughs, Secretaria General de la CSI, afirmó que el trabajo realizado por las mujeres -tanto remunerado como no remunerado- resultó crucial para que “nuestras sociedades y economías sigan funcionando, incluso en circunstancias excepcionales”.
“En tanto que líderes y trabajadoras esenciales en servicios de salud y cuidados, limpieza, alimentación, y como cuidadoras no remuneradas en su propio hogar, las mujeres han tenido un lugar protagónico en esta crisis”, aseguró.
Asimismo, el Nuevo Contrato Social que plantea la CSI junto a organismos defensores de los derechos de la mujer, grupos feministas y movimientos pro-derechos humanos, está basado en los siguientes ítems:
- Protección Social: garantizar una protección social con perspectiva de género para todos los trabajadores y trabajadoras. Además, se plantea el establecimiento de un Fondo Mundial para la Protección Social.
- Derechos: garantizar a las mujeres derechos laborales y protecciones, como el derecho a vivir y trabajar en ámbitos libres de violencia y acoso.
- Igualdad: garantizar una participación justa e igualitaria de las mujeres en busca de equidad en la vida económica, social, política y cultural.
- Empleo: invertir en la creación de millones de puestos de trabajo, ayudando a reducir las desigualdades e injusticias de género y a mejorar la disponibilidad y la calidad de los servicios.
- Inclusión: desmantelar los sistemas interconectados de opresión que excluyen a las personas en base a su género, raza, clase, nacionalidad, ciudadanía, discapacidad, edad, orientación sexual o identidad de género.