Luego de que el ex Ministro de Transporte acusara a las organizaciones sindicales de ser “el problema nacional”, diversos barrios porteños amanecieron con afiches que rezan “no quiero la Argentina de Moyano, quiero la Argentina de Randazzo”.
Tras su reaparición en la arena política para acelerar su campaña legislativa, Florencio Randazzo mandó a afichar diversos barrios de la Ciudad de Buenos Aires con un claro ataque a los Moyano, líderes del Sindicato de Camioneros. “No quiero la Argentina de Moyano. Quiero la Argentina de Randazzo”, rezan los carteles firmados por “Jóvenes emprendedores de CABA”.
Cabe recordar que este entredicho comenzó hace un mes atrás, cuando Randazzo se mostró en la vida pública con jóvenes dirigentes de Córdoba, y lanzó una serie de críticas a los gremios al afirmar que “la dirigencia sindical y las organizaciones sociales son parte del problema de la Argentina”.
“Hay que discutir una ley laboral nueva, moderna, no para que quien ya tiene trabajo y derechos adquirido, sino para el otro 51% que está afuera. Hay que generar incentivos para que el empleador pueda regularizar a quien trabaja en la informalidad y que formalizar un trabajador no sea un problema”, había dicho el ex titular de la cartera de Transporte.
Estas declaraciones le valieron a Randazzo el repudio del arco sindical y, además, una respuesta directa de Pablo Moyano, Secretario Adjunto del Sindicato de Camioneros, quien se refirió a las palabras del ex ministro como “miserables declaraciones” que indican que “dejó de ser un compañero” y un “peronista”, ya que sus frases “bien podrían ser formuladas por cualquier candidato que represente a la más rancia derecha liberal”. También la CGT manifestó su rechazo a esas declaraciones.
“Es por esa razón que se llamó a silencio durante el gobierno de Macri, mientras las organizaciones sindicales y los movimientos sociales a los que también agravia, dábamos la dura pelea de defender las conquistas y derechos adquiridos”, señaló Moyano.
Ahora, parece que esta discusión tuvo su correlato en las calles porteñas con afiches que rezan “No quiero la Argentina de Moyano. Quiero la Argentina de Randazzo”, firmados por “Jóvenes emprendedores de CABA”. Por el momento, el ex ministro no expresó ni reproche ni aval ante las pegatinas.
Mientras tanto, Randazzo continúa moviendo fichas de cara a su campaña legislativa: ayer se reunió con Galit Ronen, embajadora de Israel, en clara oposición al voto de la Argentina en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a favor de una investigación sobre posibles abusos de los derechos humanos en Israel y los territorios palestinos. “Agradezco la invitación de la embajadora Galit Ronen. La Argentina y el Estado de Israel son países hermanos y, como tales, debemos pensar y trabajar por un futuro común”, publicó el ex funcionario su cuenta de Twitter.