La diputada bonaerense Natalia Sánchez Jáuregui pidió igualdad de oportunidades entre varones y mujeres en la vida interna de los sindicatos, al tiempo que exigió que se aplique Ley Micaela.
En el marco de la última sesión de la Cámara de Diputados bonaerense el jueves pasado, Natalia Sánchez Jáuregui, diputada bonaerense por el partido FE y representante del sindicato de trabajadores rurales (UATRE) en la localidad de San Vicente, planteó la necesidad de que en la vida interna de los sindicatos se ponga en marcha una “igualdad de oportunidad en todos los aspectos” entre hombres y mujeres.
“Por más que el cupo (sindical femenino) sea una realidad, nos siguen eligiendo los hombres y esto hay que cambiarlo. Si las nuevas medidas van a ser lo que ellos deciden, no estaríamos representadas”, señaló.
Asimismo, la diputada advirtió que la implementación del cupo femenino en la conducción de los gremios “no sirve si es para cubrir espacios de poca relevancia, como puede ser un cargo de vocal o una Secretaría de Acción Social, siempre en roles que tienen que ver con lo femenino”, al tiempo que pidió “igualdad de oportunidad en todos los aspectos”, tales como en la Secretaría de Finanzas o la de Organización.
“En el caso de los sindicatos en el que los afiliados son mayoritariamente hombres y hay un 15 por ciento de mujeres, a los puestos de mayor relevancia las mujeres no van a acceder y no estarán en lugares de toma de decisiones”, sostuvo.
Frente a este panorama, Sánchez Jáuregui llamó a colaborar en la construcción de “un sindicalismo más igualitario”, y además pidió que se trate en el recinto un proyecto de ley que promueve la aplicación de la Ley Micaela (ley 27.499, capacitación obligatoria en violencia de género para toda la administración pública) en el ámbito sindical de la provincia de Buenos Aires.
Cabe recordar que este debate se da en el marco del anuncio de la CGT sobre la modificación de su estatuto para ampliar el consejo directivo de 35 a 70 miembros y que cada sindicato tenga dos cargos -uno correspondiente a un hombre, el otro a una mujer- en la conducción colegiada de la central obrera. A partir de este cambio, el 50% de los cargos de la CGT pasará a estar ocupados por mujeres, lo que implicará una reforma importante respecto de la distribución actual de espacios.