Tensiones internas en la CGT por destino del emblemático edificio de la calle Azopardo

La posible venta del emblemático edificio de la CGT en la calle Azopardo generó una polémica en el seno del movimiento obrero argentino. Mario “Paco” Manrique, denunció la entrega de la historia del movimiento obrero, mientras que Andrés Rodríguez, respondió que se están buscando alternativas y que el edificio podría ser declarado monumento histórico.

La posible venta del emblemático edificio de la CGT en la calle Azopardo 802, que fue cedido en 1950 por la Fundación Eva Perón, ha generado una fuerte polémica en el mundo sindical. La discusión se inició tras las declaraciones de Mario “Paco” Manrique, adjunto de SMATA, quien denunció públicamente que la venta del edificio es una entrega de la historia del movimiento obrero y no puede ser puesta a consideración.

En diálogo con futurock, Manrique manifestó que “si Andrés Rodríguez plantea que van a vender el edificio de la CGT porque ya arreglaron con Larreta que van a tener otro edificio y nadie dice nada, estas entregando la historia de la CGT“. Además, agregó que “No podemos vender la historia del movimiento obrero. No lo podes poner ni a consideración“.

Ante estas declaraciones, el Secretario General de UPCN, Andrés Rodríguez, respondió con contundencia, calificando las declaraciones de Manrique como “inauditas” y reafirmando que la intención es gestionar un edificio para concesionar: “¿Cómo vamos a vender el edificio? Estamos gestionando con la Agencia Administradora de Bienes del Estado (AABE, que depende de la Nación) un edificio para concesionar”.

Según Rodríguez, el edificio de Azopardo necesita tareas de mantenimiento y un grupo mayoritario piensa que es hora de que sea declarado monumento histórico del movimiento obrero, que funcione allí la biblioteca laboral y un centro de capacitación.

Rodríguez también cuestionó el compromiso de Manrique con la CGT, recordando que debe varios meses de cuota y que ese dinero sirve para pagar los servicios y a los empleados del edificio. En lugar de criticar, Rodríguez instó a Manrique a cumplir con sus obligaciones como integrante de la central obrera y a trabajar por el fortalecimiento del movimiento obrero.