Las obras sociales luchan por superar el impacto de la pandemia y recuperar su cobertura total. ¿Cuáles son las que tienen más afiliados?
Los beneficiarios de obras sociales han experimentado un incremento del 2,64% en comparación con el año anterior, según un informe publicado recientemente por la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CADIME). Aunque esta cifra indica una recuperación en la cantidad de beneficiarios, el número aún se encuentra por debajo de los niveles de la prepandemia.
De acuerdo con el registro más reciente, correspondiente a marzo, los beneficiarios de obras sociales nacionales alcanzaron la cifra de 15.380.000. Esto significa que aproximadamente el 33,6% de la población está cubierto por más de 290 entidades de obras sociales en el país. Sin embargo, se estima que aún faltan alrededor de 800.000 beneficiarios para alcanzar los valores previos a la pandemia.
El presidente de CADIME, Guillermo Gómez Galizia, explica que este fenómeno se debe al deterioro del mercado laboral, que ha sido impactado por la crisis económica, la inflación y las dificultades en el acceso al crédito. Además, el elevado costo del empleo formal y la presión fiscal han afectado especialmente a las pequeñas y medianas empresas, lo cual se refleja en el número de beneficiarios de obras sociales.
El informe revela que, en los últimos 12 meses, las primeras 10 obras sociales nacionales experimentaron un incremento del 3,11% en la cantidad de afiliados. En comparación con el aumento promedio del 2,64%, esto indica un aumento en la concentración de beneficiarios en estas obras sociales más grandes.
Las 10 obras sociales nacionales que concentran el 43% de los afiliados son: OSECAC, OSDE, OSPRERA, UPCN, UOCRA, OSPE, OSUTHGRA, ASE, Mutual Sancor y UOM. Si se suman las siguientes 6 obras sociales en tamaño, alcanzan al 50% de los afiliados.
El informe también destaca que el valor de la cápita promedio anual de las obras sociales nacionales, es decir, su recaudación dividida por beneficiario, asciende a $6.335, registrando una disminución del 14% en los últimos 5 años en términos constantes.
No se vislumbran indicios de una posible recuperación de los valores de años anteriores, ya que han sido afectados tanto por la caída del salario real como por la incorporación de un mayor número de trabajadores con regímenes especiales y menores ingresos per cápita promedio.