Cesantías, reducciones salariales y decisiones unilaterales: El nuevo rumbo del Ente Nacional Regulador de la Electricidad genera inquietud y conflictividad.
El Interventor del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), Darío Arrué, generó gran controversia y preocupación entre el personal del organismo, tras tomar la decisión de destituir al 90% de los jefes de área y solicitar a las nuevas autoridades propuestas de modificaciones en las misiones, funciones y dotación mínima de personal. Arrué, quien ha sido jefe de área en el ENRE desde 1998 hasta 2021, enfrentó denuncias por maltrato laboral, conducta que aparentemente continúa ejerciendo desde su nuevo rol de Interventor.
Durante sus primeros 26 días de gestión, el Interventor ha sido acusado de iniciar actos de persecución y discriminación hacia un grupo de trabajadores, reduciendo significativamente los salarios. Además, se ha cuestionado la designación del Abogado Eliseo Segura como Secretario del Directorio con el sueldo más alto del organismo, lo que sugiere favoritismo hacia allegados al Interventor.
En un giro sorpresivo, durante la Audiencia Pública del 26 de enero, Arrué no ofreció definiciones técnicas ni de gestión, limitándose a leer un mensaje de apertura y clausura, dejando las definiciones del sector al Secretario de Energía Chirillo. Estas acciones han incrementado la inquietud entre el personal del ENRE, especialmente después de las declaraciones del Secretario de Energía en el Plenario de Comisión del congreso, donde expresó que “el ENRE está sobredimensionado”.
Además, los trabajadores del ENRE han denunciado que el Interventor decidió unilateralmente interrumpir las licencias extraordinarias del personal, obligándolos a regresar a las tareas en un plazo de 72 horas bajo la amenaza de ser despedidos por abandono de trabajo. Esta situación afecta a trabajadores a quienes se les habría otorgado licencias sin goce, comisiones de servicio en otros organismos y licencias por ocupar cargos de mayor jerarquía.
Estas circunstancias han llevado a la previsión de un posible conflicto por despidos a partir del primero de febrero. Cabe destacar que Arrué ha manifestado en reuniones que “EL ENRE FUNCIONARÍA TRANQUILAMENTE CON 150 PERSONAS“, a pesar de que actualmente el organismo cuenta con 410 empleados para controlar y regular el transporte de energía eléctrica en todo el país y distribución en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).