Por Mateo Lodeiro
Las elecciones para elegir al próximo Secretario General de la central obrera se realizarán a principios del año que viene y la interna no para de crecer: quienes están en carrera parecen más preocupados por tomar la conducción que por ejercer su rol genuino en defensa del movimiento obrero.
Aquel cántico gritado con vehemencia durante los años macristas se volvió en contra: “Unidad de los trabajadores y al que no le guste, se jode, se jode”. El primer verso brilla por su ausencia y el último está, inevitablemente, cerca.
Para comenzar, se pueden mencionar las varias celebraciones del 17 de octubre como una demostración cabal de las diversas fisuras. Una sola fecha que tuvo tres actos y echó luz sobre múltiples quiebres: Daer con su movilización virtual, multitudinaria y fallida, Moyano ganando las calles con su caravana y Acuña junto a Barrionuevo festejando el Día de la Lealtad el 16 de octubre, para evitar cruces indeseados en la calle.
“Hubiera sido importante que reclamaran durante el gobierno de Macri […] Habría que preguntarle a los compañeros por qué durante 4 años no rechazaron las políticas del gobierno anterior”, apuntó duramente Pablo Moyano hace pocos días. Estos dichos, directas provocaciones dirigidas a Héctor Daer y Carlos Acuña, olvidaron algunos paros generales hechos por la CGT contra la gestión del ex presidente Macri. Podemos mencionar el paro del 6 de abril de 2017 en rechazo a las políticas económicas contra los techos paritarios y al incumplimiento del pacto antidespidos firmado entre aquel Gobierno y referentes empresarios. Ocho meses después llegó otro más, sucedió el 18 de diciembre de 2017 en rechazo a la ley de reforma previsional. Y otra medida de igual magnitud fue la del 25 de junio del 2018, en repudio a las políticas económicas de ajuste y al acuerdo con el FMI. Si bien ha quedado claro que estas medidas no fueron suficientes, ir en contra del mayor aglutinador de trabajadores del país resulta asimilarse a aquellas otras expresiones que pretenden ser combativas, pero por las que ningún trabajador se siente interpelado.
Para continuar con los desplantes y las provocaciones, un episodio más: el pasado 17 de noviembre, Héctor Daer celebró el Día de la Militancia junto a Sergio Aladio, quien es dirigente de Camioneros de Santa Fe y opositor a Hugo Moyano, ya que ambos acarrean un tironeo legal hace años por la conducción de la filial santafesina. Este gesto, esta foto entre Daer y el opositor a Moyano, representa -lisa y llanamente- formalizar la disputa entre ambos cotitulares por la conducción de la central obrera.
Otro índice de malestar se percibió en el comunicado publicado por la CGT la semana pasada, en el cual expresaban su preocupación ante el cese de los beneficios económicos brindados por el gobierno para paliar el efecto de la pandemia, como el IFE y el ATP. “El Consejo Directivo de la CGT expresa su preocupación ante la difusión pública de medidas gubernamentales que exteriorizan restricciones presupuestarias en relación a los programas sociales y ayudas económicas”, declararon en el escrito, dando comienzo a una serie de rispideces con el Gobierno Nacional. Días después, Martín Guzmán, Ministro de Economía, respondió: “Le diría a la CGT que mire un poco más fino porque no se está yendo a un ajuste en ninguno de los sentidos”. Al parecer, tantas declaraciones generaron que el Presidente Alberto Fernández salga a poner paños fríos y a afirmar que “la relación con la CGT está absolutamente bien” y que toma en cuenta la opinión de todos esos referentes sindicales para pensar el panorama laboral.
Por su parte, Andrés Rodríguez, titular de UPCN, afirmó que “las medidas de fuerza siempre están latentes en tanto no se solucionen los problemas”, a lo que Héctor Daer respondió que “la CGT en ningún momento evaluó una medida de fuerza” ya que este es el Gobierno que los representa. ¿Una ruptura más?
Por otro lado, el principal opositor a la actual dirigencia de la CGT es Pablo Moyano, Secretario Adjunto del Sindicato de Camioneros y líder del Frente Sindical para el Modelo Nacional. El referente sindical viene generando diversas acciones con vistas de postularse a la conducción de la central obrera. El pasado Día de la Militancia, Moyano llevó adelante una caravana para conmemorar la fecha histórica y también para demostrar apoyo al Gobierno Nacional, tal y como lo hizo para el 17 de octubre. A raíz de esto, el Presidente Alberto Fernández agradeció el respaldo y la masiva concurrencia de trabajadores. Además, queda demostrado que desde hace un tiempo, el dirigente camionero viene aglutinando fuerzas por fuera de la CGT. Dentro de la lista de nombres que apoyan su posible candidatura, se pueden mencionar: Sergio Palazzo (La Bancaria), Héctor Amichetti (Gráficos), Omar Plaini (Canillitas), Ricardo Pignanelli (SMATA) y los Diputados del Frente de Todos, Hugo Yasky y Walter Correa.
Si bien la eventual candidatura de Pablo Moyano reúne apoyos muy importantes, esto no significa que tenga garantizada la capitanía de la CGT. Tanto la disputa como la vocación de poder son adecuados y esperables en la arena política, pero el panorama actual inclina la balanza hacia otro lado: este contexto de emergencia no necesita ni fotos ni divisiones. Argentina arrastra una pandemia que cumple cinco años. Cuatro de esos cinco fueron conformados por políticas neoliberales hambreadoras y, ahora, existe un virus del que poco se conoce. En tanto el futuro continúe siendo poco claro, la comunidad organizada espera que los responsables de defender al movimiento obrero no se desconcentren de su verdadero rol.