Profesionales de la salud encuentran ventajas en trabajar en Santiago y otras ciudades chilenas, donde los honorarios superan significativamente los ofrecidos en Argentina.
En búsqueda de mejores oportunidades económicas, médicos argentinos están optando por cruzar la frontera hacia Chile para ejercer su profesión en un entorno que ofrece remuneración en dólares y condiciones laborales atractivas. Especialmente pediatras, cirujanos y clínicos han comenzado a viajar semanalmente o cada quince días a Santiago de Chile, atravesando la cordillera en busca de un futuro más promisorio.
Uno de los principales incentivos para esta migración profesional es la diferencia significativa en los honorarios. En la capital chilena, una guardia médica de 24 horas puede reportar entre 800 y 1.000 dólares, una cifra que supera con creces lo que se ofrece por el mismo trabajo en Argentina. Para algunos especialistas, la recompensa es aún mayor: un médico pediatra puede ganar entre 10 y 15 mil dólares mensuales, y en casos excepcionales, algunos profesionales han logrado instalarse en el país vecino y alcanzar ingresos mensuales de hasta 15 mil dólares.
El proceso de revalidación de títulos permite a los profesionales formados en Argentina buscar empleo en centros de salud privados y hospitales públicos de Chile. Algunos médicos incluso han dado un paso más allá al establecer sus propias clínicas en tierras chilenas.
Sin embargo, esta búsqueda de mejores ingresos viene acompañada de desafíos. Aunque los honorarios sean más elevados, el costo de vida en Chile también es superior al de Argentina. El acceso a la salud y la educación, en su mayoría privados, así como los alquileres en ciudades como Santiago, donde un departamento de tres ambientes puede costar alrededor de 650 dólares mensuales, desafíos económicos para quienes se establecen en el país.
Ciudades como Viña del Mar, una opción más económica que la capital chilena, se determinará en destinos atractivos para los profesionales de la salud. Las guardias médicas en esta ciudad tienen una duración de 12 a 14 horas, y cada hora trabajada puede reportar entre 16 y 25 dólares. Los especialistas, por su parte, pueden llegar a cobrar entre 35 y 55 dólares por hora.
A pesar de los beneficios financieros, es importante destacar que los médicos argentinos en Chile deben enfrentar impuestos y específicos del país anfitrión. Por ejemplo, un especialista en medicina deportiva, aunque pueda percibir entre 7 mil y 10 mil dólares al mes, debe tener en cuenta que el Estado chileno retiene el 13% de los ingresos facturados.